Hasta este martes, Naiara no conocía otra cosa que no fuera el hospital Gregorio Marañón de Madrid. La pequeña se convirtió hace unos días en la primera bebé en el mundo que recibió un trasplante de corazón infantil de donante en asistolia (corazón parado) y con incompatibilidad sanguínea con su donante. Sus problemas de salud, detectados incluso antes de nacer, provocaron que la niña viviera en el complejo hospitalario desde su alumbramiento, pero este martes ha recibido el alta médica y ha podido irse a casa.
El caso de Naiara se ha convertido en todo un hito en la Medicina moderna. En primer lugar, por haber un donante y un receptor de órganos de muy pequeño tamaño. Por otro, porque el injerto cardiaco, obtenido en asistolia, se implantó tras varias horas de isquemia fría en un centro alejado del hospital donante, algo excepcional.
La intervención pionera ha hecho que la calidad de vida de Naiara mejore muchísimo. "Su evolución es muy buena", ha asegurado la doctora Manuela Camino, jefa de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil del Marañón. "No ha tenido episodio de rechazo de su nuevo corazón y ha superado un problema de alteración del ritmo del corazón con medicación antiarrítmica", ha agregado.
En los últimos días, Naiara ha pasado por la UCI y por una habitación convencional. Su estado de salud ha ido mejorando y ya come -"muy bien", según sus médicos- por la boca. Tanto que ha ganado peso.
"Al ser una niña trasplantada tiene que tomar una serie de medicinas para evitar el rechazo a su nuevo corazón, son los inmunosupresores", ha explicado su doctora. El resto de medicación se le irá retirando paulatinamente y equipo médico que la ha atendido asegura que podrá hacer una vida normal tan solo con tratamiento y revisiones periódicas.
Todos los sanitarios que han atendido a la pequeña Naiara durante su convalecencia en el hospital Gregorio Marañón han vivido esta jornada de adiós con gran emoción. "El día del alta de un niño siempre es una alegría enorme, porque son pequeños que ha estado muy malitos y ahora se pueden ir a casa", explica la doctora Camino.
El caso de Naiara, si cabe, es aun más especial, porque su exitoso trasplante abre la puerta a la esperanza para otros bebés que en el futuro puedan sufrir un problema de salud similar.
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